Extracción de sangre



La extracción de sangre es un procedimiento médico muy usual (venopunción), para la detección de posibles enfermedades al realizar los oportunos análisis a la muestra de sangre obtenida.





Técnica

 La sangre se extrae de una arteria (a. radial, para gasometrías) o de una vena (basílica, cefálica o mediana que une las dos anteriores), usualmente de la parte interior del codo o del dorso de la mano. El sitio de punción se limpia con un antiséptico y luego se coloca una banda elástica o un brazalete de presión alrededor del antebrazo con el fin de ejercer presión y restringir el flujo sanguíneo a través de la vena, lo cual hace que las venas bajo la banda se dilaten, y hace más fácil que la aguja alcance alguno de los vasos sanguíneos.

Inmediatamente después, se introduce una aguja en la vena y se recoge la sangre en un frasco hermético o en una jeringa. Durante el procedimiento, se retira la banda para restablecer la circulación y, una vez que se ha recogido la sangre, se retira la aguja y se cubre el sitio de punción para detener cualquier sangrado.

En función del tipo de análisis que se vaya a realizar es requisito haber suspendido el consumo de alimentos al menos ocho horas antes de la extracción; aunque este caso siempre lo ha de determinar el médico en el momento en que solicita dicha prueba.

Cuando se inserta la aguja para extraer la sangre, algunas personas sienten un dolor moderado (resultado de que la aguja perfora la capa exterior de la piel y se inserta en el músculo para alcanzar el vaso sanguíneo), mientras que otras sólo sienten un pinchazo o sensación de picadura. Posteriormente, puede haber una sensación pulsátil (se siente la aguja de forma palpable bajo la piel, a menos que se inserte de forma oblicua). Algunas personas pueden sufrir mareos o desmayos debidos a la impresión que les causa, por lo que se recomienda estar sentado o tumbado durante la extracción.



Consejos para una buena extracción de sangre

1-Tratar siempre con amabilidad al paciente, es fundamental: Preguntarle por qué le piden los análisis, si tiene antecedentes de alguna enfermedad, si está tomando alguna medicación.

2-Escuchar con atención al paciente.Algo en lo que creo es que el paciente conoce su cuerpo y si nos dice:de acá me sacan siempre, es casi seguro que es así. Si nos dicen: de este brazo no, porque me puede traer inconvenientes (ej, fístulas en pacientes que se realizan hemodialisis, pacientes oncológicos etc..)hacer caso.


3-Ligar bien. Uno de los mayores inconvenientes que tenemos los novatos, es que no ligamos bien porque tenemos miedo a hacer doler. Recordar que la liga es fundamental, ya que nos permite lograr una buena presión en la vena y poder localizarla más facilmente.Pedirle al paciente que cierre el puño.


4-Palpar. Palpar siempre con los dedos índice y medio, nunca con pulgar o meñique porque tienen pulso propio y nos puede confundir. Diferenciar venas de tendones, los tendones son DUROS!. Si no encontramos la vena en la zona del pliegue del codo, no desistir, tomarnos nuestro tiempo para encontrar la vena que necesitamos.


5-No todo lo que reluce es oro. No confiarse de que una vena se VE bien, siempre palpar muy bien y asegurarse. Las venas muy finitas se rompen, tener cuidado con eso!.


6-Observar que las agujas sean las adecuadas. Nuestra medida es 25 x 8, no puede ser ni mas grande ni más chica, puede ser más larga o más corta, pero el diametro no tiene que cambiar.


7-Probar las jeringas, observar el estado de los elementos que deben ser estériles. Desinfectar con un algodón con alcohol. Esperar que se seque, porque sino arde!


8-Fijar la vena con una mano, sosteniendo la piel.



9-Una vez que estamos seguros, podemos pinchar, tirando suavemente del émbolo. Si por alguna razón perdimos la vena, no entrar en pánico, palpamos de nuevo por encima y tratamos de reubicarla.
  Ver aqui algunas recomendaciones de como realizar extraccion de sangre en un paciente y que medidas tomar.


  

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